El conflicto sirio tiene sus
orígenes en la corrupción, en la captura política, en la pobreza, en la
violación de derechos humanos y en la desigualdad. Este conflicto, como muchos
otros, tiene sus orígenes en la corrupción, en la captura política, en la pobreza,
en la violación de derechos humanos. Pero también en la desigualdad. De hecho
esta crisis se inició con las primaveras árabes en 2011. Movimientos sociales,
grupos espontáneos de personas, organizaciones que empezaron a movilizarse y
reclamar sus derechos que consideraban menoscabados. Unos “muchos” que pedían a
unos “pocos” un sistema más igualitario. Lejos de conseguir su fin, estas
primeras demandas de justicia prendieron mella cuando fueron acalladas
violentamente por el gobierno sirio. El conflicto armado no había hecho más que
empezar. Lamentablemente cuatro años después, esta crisis ha acabado por
convertirse en una de las mayores catástrofes de la historia reciente.
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